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Jueves, 7 de mayo de 2015

ENTREVISTA: ISRAEL LÓPEZ ESTELCHE

OFIL estrena "Lumen", obra encargo del Ciclo del Auditorio de Oviedo al joven compositor


Israel L. Estelche (Santoña, Cantabria, 1983) será uno de los protagonistas del concierto que Oviedo Filarmonía ofrece el sábado día 9 en el Auditorio de Oviedo. La orquesta estrena Lumen, obra encargo del Ciclo del Auditorio Príncipe Felipe y la OFIL. Hablamos con este joven compositor, que es ya más que una promesa, tras obtener, con su obra Trayecto líquido, el Primer premio de la 25º. edición del Premio Jóvenes Compositores Fundación SGAE-CNDM 2014.

 

Isarael se formó como compositor con David del Puerto, asistiendo también a cursos y masterclasses con Alberto Bernal, José María Sánchez Verdú, o José Manuel López López. Es licenciado en Musicología por la Universidad de Oviedo, donde se doctora Cum Laude en 2014, con una tesis sobre el compositor Luis de Pablo y la música española de vanguardia en la segunda mitad del siglo XX. Su música ha sido interpretada por conjuntos, orquestas y solistas, como la Sinfónica del Principado de Asturias, Matritum ensemble o Alejandro Martínez Ares. Ha recibido encargos también del artista Jesús Mateo, entre otros.

 

1.-¿Qué lugar ocupa Lumen en tu catálogo de obras?

Es un punto más en mi definición estilística y, a su vez, creo que es una obra en la que veo elementos nuevos dentro de mi obra, además de aglutinar mis preocupaciones creativas: Ya sea el uso de intervalos centralizadores, el desarrollo progresivo de la forma, la melodía, la resonancia y el gusto por los registros extremos en la orquestación. Creo que técnicamente es de lo mejor que he hecho, y probablemente tenga consecuencias posteriores, que ya veo en algunos rasgos de obras que estoy componiendo actualmente. Aunque creo que es muy pronto para definirlo como estilo. Ahora mismo pruebo nuevos caminos y técnicas. Siempre me pregunto sobre mi intención musical, sobre mi forma de componer, porque me interesan tantas cosas que a veces me planteo serias dudas sobre mí mismo como creador. Tengo la esperanza de poder aglutinarlas todas todas en mi propia personalidad musical.

 

2.-¿Qué importancia tuvo para ti este encargo?

Realmente fue muy importante. Una alegría y también una responsabilidad. Que un director como Marzio Conti confíe en uno te hace forzar la máquina para exprimirte aún más (si cabe) para poder ofrecer lo mejor de ti en una obra. Y algo muy importante: la posibilidad de trabajar para una orquesta es un auténtico lujo para un compositor, ya que el ascenso técnico que supone trabajar el gran formato y poder aprender del conjunto es tremendo. No siempre se tiene la oportunidad, especialmente en las generaciones más jóvenes, de poder tratar directamente con una orquesta. Por eso, soy consciente de que soy un privilegiado por haber tenido esta posibilidad, igual que la tuve en su día con la OSPA. Y ya, en la cuestión personal, poder mostrar mi música en una ciudad básica en mi vida, Oviedo, le da un carácter aún más importante al evento.

 

3.-La obra está dedicada a Marzio Conti

Él fue el artífice del encargo, a quien le enseñé mi música en uno de los ensayos de La verbena de la paloma (yo formaba parte del coro), y quien se volcó en conseguirlo. Además, conmigo siempre ha sido una persona muy generosa, lo que le agradezco enormemente. Hemos tenido conversaciones de las que he aprendido mucho y me han ayudado a pensar la música de manera diferente. Por ello, creí que era la única persona para esa dedicatoria.

 

4.-¿Cuáles son las características musicales más importantes de Lumen?

Yo destacaría varios elementos, como su melodismo, que ayuda a la estructura; o a nivel de orquestación el uso de los registros extremos. He procurado crear una sensación de luminosidad en todos los aspectos. Para eso, los instrumentos de percusión metálicos y resonantes son grandes aliados. La idea de resonancia es muy importante en mi música; se puede encontrar en casi todas mis composiciones, de muchas formas diferentes. Lumen se divide en cuatro grandes estructuras que van evolucionando de forma lineal, hasta un gran clímax final. A nivel microestructural hay varios elementos recurrentes sobre los que se aposenta todo el discurso y cuya combinación crea nuevos objetos.

 

 

(Foto: Israel L. Estelche y Marzio Conti, durante un ensayo de Lumen)

 

5.-¿Cuándo decidiste apostar por la carrera compositiva?

Es difícil decir el momento exacto, pero es verdad que siempre me ha interesado la composición y la creación artística. De pequeño, me imaginaba finales para la música de algunos anuncios que no me gustaban. El hecho de poder crear algo que antes no estaba, buscar vías de expresión a través de la música y aportar algo son algunos de los conceptos que me ha atraído muchísimo toda la vida (entiéndase, desde la más absoluta de las humildades). Aunque un momento que supuso un punto definitivo en mis intenciones de dedicarme a la música fue la primera escucha de La Consagración de la Primavera, de Stravinsky. Recuerdo que me obsesioné con la obra y la he estudiado como un loco, lo que me ayudó muchísimo en mis primeros pasos. También he tenido mucho apoyo de personas que me han empujado a volcarme en la composición: Julio Ogas (profesor de la Universidad de Oviedo) fue el primero que me dijo "tú vales, así que si quieres componer, hazlo"; David del Puerto y Luis de Pablo me impulsaron; y, por supuesto, Tania, mi pareja, que siempre me ha apoyado.

 

6.-¿Cuáles son tus referencias?

Uno siempre tiene compositores de cabecera, aunque hay etapas en la que se escucha más a unos que otros. Stravinsky, Debussy, Ravel, Webern y Bartók son imprescindibles. La fuerza y el gusto melódico y orquestador de Boulez; Luciano Berio y su apertura estilística; todo Ligeti; la escuela espectral -sobre todo Grisey- y sus consecuencias posteriores; Ivan Fedele; el diálogo con la Historia de los compositores soviéticos; Morton Feldman y su poética de lo mínimo; Salvatore Sciarrino; y dentro de la música española, Luis de Pablo y la generación de los compositores españoles nacidos alrededor de los 60 son muy importantes para mí (David del Puerto, Jesús Torres, José María Sánchez Verdú, Ramón Lazkano, Gabriel Erkoreka, José Manuel López López, etc.); Thomas Adès y Esa Pekka Salonen, son algunos de mis referentes. Y, como no, dentro de la música popular urbana, mi relación con el jazz y el rock progresivo es enorme.

 

7.-¿Es clave la versatilidad para el compositor hoy día?

Siempre lo ha sido, aunque la especialización también es inevitable. Hay que ser consciente que cada línea de composición tiene un destino y una manera de actuar y el gestor, agente, director, etc. se va a ir a lo seguro. Hay compositores que saben moverse bastante bien en varios mundos, pero, al final, siempre hay uno que prevalece. Por otra parte, si por versatilidad entendemos que un compositor debe cambiar su estilo, o más bien traicionar su personalidad artística según la función que deba cumplir creo que no es el camino. Hay que ser flexibles en cuestión de referentes y capaces de adaptarnos a todo tipo de situaciones, pero que siempre suene y prevalezca la personalidad del creador.

 

 

 

8.-¿Por qué la música contemporánea tiene todavía tantas trabas para su difusión?

La rotura es clara, aunque cada vez es menor, gracias a iniciativas como la de Conti y su interés en la introducción de música nueva, junto a obras de repertorio. Además, creo que el público jóven requiere de nuevas expresiones musicales. Sin embargo, la etiqueta "Música Contemporánea" (que yo creo que está más que superada) tiene muchos clichés dentro de la audiencia más conservadora. Sólo hay que leer las, por otra parte vergonzosas, críticas de Cuca Alonso a las obras de Benet Casablancas y Jesús Rueda, con expresiones como "Música de gato que persigue a ratón", para darse cuenta de que todavía se vive en una guerra entre el público más conservador y la música actual, que cierra muchos oídos a auténticas joyas musicales. Una guerra en la que, por otra parte, una de las partes ya ha ido filtrando su repertorio, mientras la otra sólo traslada sus odios y prejuicios hacia generaciones posteriores. Es decir, lucha sola. Hoy en día hay tantas vertientes musicales que ofrecen nuevas experiencias auditivas que es imposible que a alguien con un mínimo de sensibilidad no encuentre ni una sola que le interese; sólo hay que abrir los oídos.

 

9.-¿No podría la música contemporánea ofrecer alternativas, en un momento de crisis, en el que se defiende la ampliación del repertorio y los formatos en la música clásica?

Por supuesto, yo creo que la nueva música puede, tanto refrescar el repertorio del formato clásico de concierto, como -y esto es lo más importante- ofrecer la posibilidad de creación de nuevos formatos de concierto. La música nueva también requiere de nuevos pensamientos performativos, de nuevas formas de escucha, etc. que no tienen por qué suponer una ruptura con lo que se está haciendo, sino una forma de renovación. Hay que tener en cuenta que los edificios hacen la música y atráen o repelen. Por lo que hay que quitar el mal aspecto que se tiene de la música de concierto y sus espacios, y promover nuevos espacios para la música nueva. No hablo de bares y circuitos relacionados con la música popular urbana, eso sería muy simplista. Me refiero a encontrar nuevas vías y espacios para promocionar todo el repertorio, especialmente el más actual. Este tema es demasiado largo...

 

10.- Continúe, continúe...

Lo del repertorio también es un poco escandaloso -sin ánimo de ofender a ningún programador- ya que en las orquestas actuales hay una monotonía en la programación que es muy llamativa. Y no sólo en lo que corresponde a los nombres y épocas, sino a las obras. Creo que eso es algo sobre lo que reflexionar de forma urgente. E, igualmente, el público que se queja de la música actual en la programación orquestal, se apena cuando suenan obras de compositores románticos que no conocen ¿eso no es preocupante?

Ante esto, la renovación del repertorio y las nuevas ideas musicales ofrecen la posibilidad de creación de nuevas audiencias que nutrirán los auditorios futuros.

 

11.-¿En qué proyectos trabajas actualmente?

Ahora estoy componiendo una obra para los solistas de la ORCAM, encargo del XV Festival Internacional de Música Contemporánea de Tres Cantos. Es una obra muy ilusionante, ya que es un grupo de músicos impresionante. Además, estoy trabajando sobre técnicas, como la línea y ritmo grupal, que me parecen muy interesantes y con una posibilidad de desarrollo muy grande. También tengo un encargo para una obra de órgano de la Asociación para la Conservación de los Órganos de Cantabria que se estrenará en diciembre.

 

12.-Un sueño para el futuro como compositor...

Poder vivir de la composición como deseo general. Si vamos a lo específico, llegar estrenar una ópera o tener un gran catálogo sinfónico sería un buen sueño. Pero vayamos paso a paso.

 





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