Oviedo FIlarmonía
Director: Iker Sánchez
Hablar de Jean-Pierre Melville (1917-1973) es hablar de una mitología cinematográfica acendrada y de un universo fílmico poderosísimo. Precursor de la nouvelle vague y exponente clarísimo del cine polar (negro) francés, se puede decir que el director amoldó el mundo a las anchuras de su cine. Un cine que nace y se desarrolla en unos márgenes prefigurados y delimitados por su propia cinefilia. Por encima del autor, y en consecuencia proyectando luces y sombras sobre su creación, se encuentra el cinéfilo contumaz, el espectador visceral, el devorador frenético de filmes.
Desde su adolescencia el director de El ejército de las sombras (1969) y El círculo rojo (1970) fue un adicto al cine, especialmente en su acepción norteamericana y circunscrita esta al wéstern y al thriller, forjando una sensibilidad artística personalísima, mitómana y radicalmente obsesiva. Al gusto por el clasicismo cinematográfico, Melville añadió el inevitable jazz y una literatura en la que, obviamente, sobresalieron los maestros estadounidenses. No en vano Jean Pierre Grumbach, que así realmente se llamaba el cineasta, tomó el seudónimo de Melville en homenaje al autor de Moby Dick.
Sus películas, sobre todo las de la década de los 60, acusan una exaltación total de la amistad entre hombres, muchas están basadas en historias de gangsters y de personajes que vivieron la Segunda Guerra Mundial, durante la Francia ocupada por el ejército nazi, contienda de la que él mismo fue protagonista activo.
Las bandas sonoras de estas dos películas, de las que veremos algunos fragmentos y escucharemos su música, fueron compuestas por Eric Demarsan. Estrenaremos los arreglos para orquesta sinfónica de estos temas, realizados ex profeso para esta velada.