En 2012, Oviedo Filarmonía y La Universidad de Oviedo estrechaban lazos para reforzar la oferta cultural de la ciudad, a través del acuerdo con el programa de actividades del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y la Concejalía de Cultura. La aventura empezó entonces con el estreno de la cantata El sueño eterno, del joven compositor Guillermo Martínez y la proyección de la película Metrópolis, de Fritz Lang, con música en directo.
Como señalaba el periodista Chus Neira en La Nueva España, "más de 1.150 personas pusieron el teatro a rebosar para disfrutar de un hecho insólito que sólo tiene un antecedente hace 17 años, cuando el ciclo «Cine cien» exhibió la película con la banda sonora original en directo, a cargo, aquella vez, de la OSPA". La prensa se hacía eco también de las dificultades del proyecto, para encajar la música original de Gottfried Huppertz con la imagen de la cinta betacam, de la película de 1927, exponente del expresionismo alemán.
Metrópolis aportó una visión rupturista y moderna dentro de las temáticas y las estructuras que abordaba el cine mudo de los años 20. Basada en una novela de Thea von Harbou, esposa de Lang, el guión plantea cómo sería la vida en una sociedad futurista regida por cánones totalmente opuestos a los de la utopía.
(Foto: Luisma Murias / La Nueva España)
Al año siguiente, esta colaboración "de cine" continuó con la proyección de la película Alexander Nevsky, de Eisenstein, con música de Prokófiev en directo. Este nuevo hito musical supuso la utilización, por vez primera, del foso de orquesta del Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, trece años después de su inauguración. Esta fue la primera vez que se escuchaba la música original de Prokófiev, para la que fue la primera película sonora de Sergei Eisenstein. Para ello se contó con el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias y con la mezzosoprano Marina Pardo. Una vez más, bajo la dirección de Marzio Conti.
Enlace al vídeo de presentación: Alexander Nevsky por la OFIL
Lo que se podía oír acompañando a Alexander Nevsky en años anteriores era en realidad un arreglo llevado a cabo por William Brohn, a instancias del productor John Goberman, sobre la Cantata Alexander Nevsky, Op. 78 del mismo compositor. Una profunda investigación musicológica realizada por el director de orquesta Ulrich Wünschel ha permitido reconstruir la partitura original, recuperando un facsímil del manuscrito, el guión de dirección y los bocetos originales en el Museo Glinka de Moscú, y descubrir la verdadera sonoridad de la partitura. Así lo explicaba en la prensa la musicóloga María Encina Cortizo.
Crítica musical publicada por Sandra Álvarez para La Nueva España (8/03/2013)
