"Todo fue diferente por la idoneidad del carácter implorativo y los plurales registros de un maestro, Marzio Conti, que acertó de lleno en la filosofía de un concepto personal de gran perspectiva, y la gestación de los acentos emotivos que transfieren la profundidad de la fe religiosa a la fe primordial en la música, como lenguaje del alma humana".
Y es que el "Réquiem" de Verdi, en la interpretación de Conti y Oviedo Filarmonía, el pasado 26 de abril en el Auditorio de Oviedo, aún resuena en la prensa: "Un acontecimiento de primer nivel europeo". Así fue para el crítico y compositor Guillermo García-Alcalde: Pues es dicha concepción meditativa y humanista, más allá de lo operístico, la que subyace en la obra. De este modo lo celebra hoy desde las páginas del diario La Nueva España.